Los premios IgNobel 2017 (1)

El 14 de septiembre se adjudicaron los premios IgNobel correspondientes al año 2017. Estos premios se conceden anualmente, en una solemne ceremonia que se celebra en la Universidad de Harvard, a Estudios e Investigaciones muy serios y exhaustivos sobre diferentes materias que solo pretenden hacer reír (y pensar), lo que no es poco en este mundo cada vez más cabreado y menos propicio a la sonrisa y a la carcajada. Igual que hice el año pasado con los IgNobel 2016, voy a iniciar una serie de entradas en las que hago referencia y comento los premios de este año. Incluyo un "mono" alusivo y un relato-chorra, que he dibujadoscrito para divertirme. Ahí van los dos primeros.


Premio IgNobel de Física:  Estudio sobre si un gato puede ser simultáneamente sólido y líquido.

Se ha adjudicado a tres científicos de Francia, Singapur y EEUU. Aplicando a los gatos los principios de la reología (estudio de los materiales viscoelásticos), demostraron que estos felinos se comportan como un fluido viscoelástico no lineal. En reología, estos fluidos se caracterizan por su número de Deborah (De). Dependiendo del tiempo de relajación de un gato metido en un recipiente, si De es mayor que uno, el gato parece un sólido y si es menor que uno, como ocurrió en algunos de los gatos estudiados, parece un líquido. Además, un gato puede rotar dentro del recipiente, rotación que se puede medir mediante el índice de Reynolds. Para los gatos estudiados, este índice es pequeño, lo cual también ocurre en los líquidos. 

A mí este trabajo me recuerda al famoso gato de Shröedinger, ejemplo crítico clásico en física cuántica: si encerramos un gato en una caja, mientras está cerrada, el gato está simultáneamente vivo y muerto. Sólo al abrirla y observarlo se muestra en uno de los dos estados. Pero esta es otra cuestión, la física cuántica también es muy suya.  El caso es que los gatos dan mucho de sí. 

Relato relacionado: Llovía sobre el océano y algunas de las gotas eran gatos líquidos. Las sardinas, sorprendidas por las gotas-gato, se miraban incrédulas.


Premio IgNobel de la Paz: Tocar de forma regular el diyeridú reduce los ronquidos y la apnea obstructiva moderada durante el sueño.

El diyeridú es un instrumento ancestral de viento que utilizan los aborígenes australianos. Cuatro científicos de Suiza, Canadá, Países Bajos y EEUU estudiaron a 25 personas que roncaban al dormir. De ellos, 14 recibieron clases de diyeridú y practicaron en su casa durante cuatro meses. La somnolencia (medida en la escala Epworth), la calidad del sueño (medida con el índice de Pittsburg) y otros parámetros fueron medidos en las 25 personas durante los cuatro meses. Las conclusiones fueron que los problemas de sueño se redujeron de forma significativa en las personas que practicaron el diyeridú, mientras que no cambiaron en el otro grupo.

Relato relacionado. El hombre practicó durante meses el diyeridú para reducir sus problemas de ronquidos. Y lo consiguió finalmente. Pero su mujer decía, desvelada en la cama a su lado: “Joder, prefería sus ronquidos a la matraca del sonido-paliza del jodío diyeridú día y noche, ¡qué tostonazo!”

Comentarios

  1. Sesudos estudios, que con tus dibujos y relatos, nos vienen muy bien para llenar la mañana de sonrisas.
    Es que "hay gente pa to".
    Un abrazo.

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  2. ¡Qué bien empieza la semana! Me lo he pasado pipa con tus divagares! :)
    A ver... Premio de Física: con mi ignorancia de estos temas y tu dibu, me he quedado yo como las sardinas :D Así que consulté a mi gato SuperMunsi y ... bostezó. Luego por comunicación intercerebral me dijo que tus científicos se leyeran "Demain, les chats" de Werber, a ver si se enteran de lo que vale un gato; que en este tema, han demostrado estos sesudos científicos estar... un poco pez :DD
    Seguimos... Premio de la Paz: para éste, me reuní conmigo misma y llegamos las dos a la misma conclusión: estos estudiosos del ronquido...¿son todos hombres, no? :D Porque esto de cambiar de tortura sonora, no me cuadra con unas mujeres. Hay otras cosas más efectivas. :D
    Gracias por las carcajadas, Diegui. El sonido que más me gusta. (con el ronroneo relajante de mi gato, bien sûr. :D)

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  3. Me dejas alelada con tus inventos, muchacho, me recuerdas a los del TBO y aquel profesor que nos deleitaba, bueno, no sé si lo conociste... ;)
    Besos y abrazos.

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  4. PEDRICE11/21/2017

    Ahora, ahora lo entiendo lo que querían decir al empezar a llover: "Tranquilos, caen cuatro GATOS...."

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  5. Sí, Juan, "hay gente pa to", afortunadamente :)

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  6. Fram, pues parece que el hecho de que los gatos cuando se caen siempre lo hagan de patas es debido a esa cualidad viscoelástica :) ¿Otras medidas más efectivas? ¡Cuenta, cuenta! Para aplicárselas a mi gata, hembra y roncadora impenitente :)

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  7. Virgi, como tienes desactivada la entrada de comentarios en tu blog, te digo por aquí que me encanta, sobre todo tus Voces canarias. Y todo lo demás. Que lo sepas.

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  8. Pedrice, me acabo de inventar un chiste aun peor que el tuyo: Era un perro verde y con las orejas largas y hacia arribe. Lo llamaban el perro-puerro :)

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  9. Maestro, has vuelto a la vida !!! que ilu . El minino miau va a dar mucho que hablar ... upero al terminar de leer el ronquido y el diyeridu he sentido una abrupta convulsion interna que ha desembocado en grandes e incontenibles carcajadas . Gracia, gracias te abrazo con entusiasmo

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  10. Iota, yo nunca me he ido de la vida :) Tu comentario me ha hecho pensar en cómo sonará un diyeridú cuando quien lo toca se ríe a carcajadas :)

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  11. cualquier dia quedamos en el retiro llevare una flauta travesera y te muestro lo espectacular que resulta la combinacion de la carcajada con la dulcisima flauta formando fugas llenas de sincopas al estilo congoleño

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  12. El Retiro es grande, Iota. Díme sitio, día y hora y allí estaré con mi diyeridú en bandolera dispuesto a darte una serenata-tostón :)

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  13. Mi gata es sólida por la mañana cuando libera energía y salta por las paredes, abre las puertas y corre de un lado para otro como si estuviera poeseída, y luego se hace líquida a partir del mediodía en que se pega unas siesta memorables enroscada en su cesta alta y rota sobre sí misma, según imagino el índice ese de Reynolds.

    Una gozada, Diego.

    Un beso,

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  14. Tu gata seguro que se parece a su dueña. Una gata divertida y muy original. Besico.

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