Los premios IgNobel 2017 (4)

Premio IgNobel de Economía
Cómo influye en los ludópatas el hecho de abrazar 
a un cocodrilo antes de jugar 


Ha sido concedido a dos científicos de Australia y EEUU. En su estudio utilizaron 41 mujeres y 62 hombres mayores de 18 años. Hicieron sostener en sus brazos un cocodrilo a algunos de ellos, y a otros no, justo antes de hacerlos jugar a todos en una máquina tragaperras de un casino. Cada participante había rellenado, antes del inicio del experimento, un formulario describiendo el estado de su humor . Las personas que dijeron estar de buen humor y habían abrazado un cocodrilo previamente hicieron, una vez que los instalaron frente a la máquina tragaperras, apuestas mucho más arriesgadas que los que no habían abrazado a ningún cocodrilo y más aún que los que no abrazaron a ningún cocodrilo y dijeron además estar de mal humor. Los investigadores dedujeron que la excitación causada por la manipulación de un cocodrilo antes de jugar conduce a las personas que ya tienen problemas de ludopatía a apostar cantidades mayores, con la posible consecuencia de perder más al final. Y yo moralejo de todo esto: “en tu tapete, nunca pongas un cocodrilete” 

Relato relacionado. Entró en el casino con el cocodrilo en sus brazos. Se sentó a la mesa de la ruleta. Puso unas pocas fichas sobre el 27, rojo. El cocodrilo le dijo: «Ese no cae, apuesta TODO al 16, rojo». «¿Seguro?», se inquietó el hombre. «Seguro», afirmó el cocodrilo. Y el hombre cambió por fichas todo el dinero que tenía en su cuenta corriente y las colocó todas sobre el 16, rojo. «Rien ne va plus» gritó el croupier ―un tipo bastante mal encarado―. La bola rodó por el carril circular, perdió velocidad, rebotó sobre las casillas y finalmente cayó sobre… el 35, negro. Cuando salían del casino, el hombre, completamente arruinado, oyó al cocodrilo que le decía: «Esto te pasa por fiarte de lo que te dice un cocodrilo, gilipollas»

Comentarios

  1. Mas razón que un santo, llevaba el cocodrilo.
    Un abrazo.

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  2. Llevas razón, Juan. Yo tengo a un cocodrilo como asesor de inversiones y, después de conocer la historia del ludópata, lo acabo de despedir. Abrazote.

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  3. En efecto "Rien ne va plus" cuando se pasa del simple juego entretenido a la ludopatía que pone en peligro la economía familiar hasta arruinarlo todo por ansia de más y siempre más... Pobre hombre. Y buena lección le dio el cocodrilo asesor engañoso.
    Hablando de cocodrilos, a ver si te mando una foto que me hicieron hace años en Egipto, en una granja de esos bichitos para repoblar el Nilo, con un "bébé crocodile" muy mono entre las manos.:D Daban ganas de hacerle carantoñas, de darle achuchones :DD
    ¡Qué pena que crezcan ellos también!...

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  4. Que tiempos mas generosos y tiernos vivimos!!! ahora ya podemos entrar en los casinos con un cocodrilo, especialmente si decimos que es nuestra mascota.
    Es apasionante tu manera de contar la historia. Me he reido a oleadas... beseiros

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  5. Fram, yo he visto en África esas crías de cocodrilo disecadas y vendidas como pisapapeles o adorno. Pobreticos...

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  6. Iota, si vas al casino con un cocodrilo, disfrázalo con un sombrero y una bufanda, no sea que no lo dejen pasar...

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  7. Pues me has dado una idea si lo llevo al casino con corbata chaqueta y unas gafas para darle un aspecto mas intelectual puede pasar por mi novio o compañero sentimental. Mira, que viendolo tan guapo me estoy empezando a enamorar. Es que una esta muy necesitada....

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  8. No te hagas demasiadas ilusiones, Iota. Se dice, se comenta, se farfulla que los cocodrilos, aunque los disfraces, son muy malos amantes :)

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  9. Uy, ya no pienso tener un cocodrilo como asesor de la pasta...menuda peligro.
    No, si la final lo voy a tener que meter debajo el colchón...
    Me dan un poco de yu yu estos bichejos.
    Abrazos, Diego y cuidado con los cocodrilos.

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  10. No lo metas debajo del colchón, Maripaz. Existe el cocodrilo colchonero, capaz de las mayores fechorías :)

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  11. Estos ciéntificos están muy locos, Diego, me parto, abrazar a un Koala, vale, pero a un cocodrilo...

    Imagino que sería un bebé, pero así y todo...Aunque creo que un ludópata si es capaz de arruinar su vida por un juego es capaz de jugar con los que sea por seguir jugando y apostando.

    Qué tierna tu viñeta, Diego, ese hombre parece estar en manos de su coccodrilo y no al revés como aprenta.

    Pensé que al final del relato tiraría al bicho por la alcantarilla para alimentar la leyenda urbana de un subsuelo lleno de peligros exóticos.

    Un disfrute tus posts, Diego. Muy divertidos.

    Besos,

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